L.A. Fuel comercializa un chicle energético a base de cafeína y taurina, un estimulante que reduce el estrés y la fatiga, y fue elegido Producto del Año 2016. De igual modo, Fini Golosinas se introdujo en el subsegmento de los chicles energéticos en 2016, gracias a Klet’s Energy, con una receta y sabor inspirado en las bebidas energéticas, e ingredientes como la taurina, además de vitaminas B6, B2, B3 y B12. “El consumo de este producto ha encontrado su mercado entre quienes ya masticaban chicle al realizar actividades físicas como el running”, firman desde la empresa, a lo que añaden que “la eliminación del azúcar, los sabores intensos y la introducción de ingredientes funcionales son las características que muchos consumidores buscan en este tipo de artículos. Sin duda, los chicles que aporten un extra en su composición tendrán más relevancia”.
Otras empresas como Functional Gums, Srl, que ha llegado a un acuerdo para vender su marca de chicles Drive Gum en los establecimientos de Grupo Vips, también apuesta por este mercado. La firma renovó en 2016 la formulación de Drive Gum, con cafeína y guaraná, “para combatir la somnolencia al volante y también lograr un plancentero sabor a menta”. Desde la compañía esperan que “el mercado de productos saludables y orgánicos seguirá creciendo de manera importante”. También, Effective Gums cuenta con chicles funcionales entre los que encontramos Energy Strong, para deportistas; Figure Fit, para cuidar la línea, y Vigor Plus, para potenciar las relaciones sexuales, entre otros. La firma presentó en 2016 un nuevo envoltorio de ocho unidades para sus chicles, y prepara “un nuevo producto energético” para 2017. En la empresa esperan que el sector de los funcionales “incremente su consumo en un 100% durante este año”. Por último, WUG Functional Gums comercializa hasta 12 gamas de chicles con numerosas funcionalidades, entre ellas: reducir el estrés, contribuir a la formación de colágeno, depurar el organismo, luchar contra la resaca, etc.
Un aliado para la salud bucal
Diferentes estudios científicos avalan el papel del chicle sin azúcar y su contribución para mantener una boca sana. Actualmente, el papel que juega el chicle sin azúcar en el cuidado dental está reconocido y aceptado por los expertos, incluyendo autoridades como la Comisión Europea, organizaciones dentales nacionales y la Federación Dental Internacional (FDI), integrada por más de 200 asociaciones y grupos especialistas de todo el mundo.
Desde Orbit, la marca de chicles sin azúcar de Mars Iberia, explican a través de su plataforma Orbit®pro que “masticar chicle sin azúcar durante 20 minutos puede promover a la salud bucodental” porque:
- Estimula el flujo de saliva, que ayuda a remineralizar el esmalte dental y a incrementar su dureza.
- Provoca la producción de hasta diez veces más de saliva, aumentando el PH de la placa en la boca, lo que ayuda a neutralizar el ataque de los ácidos.
- Alivia la sequedad de la boca, siendo uno de los tratamientos preferibles para tratar la xerostomía.
- Ayuda a limpiar los restos de alimentos en la boca en los primeros quince minutos después de comer o beber.
Una ayuda para calmar la ansiedad y aumentar la capacidad mental
Mascar chicle también aporta otra clase de ventajas. Según señala Lourdes Rodrígez Soto, logopeda y psicopedagoga del Centro Médico Loranca, ubicado en Fuenlabrada (Madrid), “los beneficios del chicle (sin azúcar), en relación con las dificultades del habla son las siguientes: reduce la ansiedad, aumenta la capacidad mental, favorece el aprendizaje y genera una mayor agilidad para pensar, fortalece la musculatura maxilar, aumenta el tono muscular y ayuda a la salud bucal. El uso de este producto se recomienda en niños a partir de 7 años”.
Rodríguez indica que “trabajamos con el paciente la prevención de la inflamación e infección de encías, lengua, dientes, revestimiento y tejidos de la boca. Mascando chicle aumenta al doble el flujo de saliva, y esta es esencial porque sus enzimas neutralizan el ácido bucal en unos 20 o 30 minutos”. Respecto a la ansiedad, la logopeda explica que “comer chicle tiene un efecto calmante y favorece a los pacientes que presentan tartamudez, ya que reduce el estado de ansiedad”, además “incrementa la capacidad mental, fomenta el aprendizaje y genera más agilidad para pensar. Es un trabajo básico para los pacientes con dificultades del habla” porque masticar chicle “aumenta la capacidad cerebral, ayuda a mejorar la memoria e estimula el hipocampo, la parte del cerebro donde se trabaja la memoria”.
Lourdes Rodríguez apunta que su uso “mejora la circulación de la sangre al cerebro, ya que acelera el ritmo cardíaco, con una mayor llegada de oxígeno al cerebro, fortalece la musculatura maxilar, especialmente en los pacientes con deglución atípica que presentan hipotonía muscular”, además de “aumentar el tono muscular de forma moderada fomentando la producción correcta de los diferentes fonemas”.
Asimismo, la responsable del Centro Médico Loranca manifiesta que “el chicle debe ser sin azúcar y el tipo puede variar según las necesidades. Se puede cambiar de lámina a gragea o tableta para que el movimiento de la mandíbula varíe y trabajen de diferente manera los músculos”. Por último, la logopeda aconseja “adoptar medidas de seguridad con tu logopeda con el fin de evitar atrangantamientos. En el campo de la logopedia, no hay diferencias de edad en los ejercicios, sino conforme a la dificultad que se presente en cada caso”.
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