Mario Migueláñez, director general y CEO del Grupo Migueláñez falleció ayer en el Cáucaso mientras disfrutaba de unos días de vacaciones practicando un deporte que le apasionaba, la caza. Hijo del fundador de Grupo Migueláñez se situó al frente del mismo hace algo más de dos décadas tras una sólida formación empresarial. “Me apasiona mi trabajo, al que dedico gran esfuerzo y en el que concentro mis energías. Incluso durante mi tiempo libre continúo pensando en cómo innovar y responder a la demanda del mercado de alimentación y retail”, esta frase recoge su forma de entender su entrega a su otra gran pasión: el mercado de las golosinas en el que buscaba “situar al Grupo Migueláñez como número 1 en su sector tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Escuchar al consumidor y poner en marcha iniciativas relacionadas con la RSC y la acción social son algunos de los aspectos de mi trabajo que más satisfacciones me dan”. La compañía dispone de un almacén central ubicado en Madrid de 10.000 metros cuadrados, que facilita la distribución logística a sus 21 delegaciones.
En 1994, Mario Migueláñez se puso al frente de la firma, compartiendo en un primer momento responsabilidades con su padre, Onésimo Migueláñez. Entonces dejaron de trabajar marcas de otras empresas para unificarlas todas bajo su propia marca Migueláñez y apostaron por asentar y reforzar los pilares básicos sobre los que nos explicó que iba a edificar el modelo de negocio de la compañía: marca, calidad, distribución y responsabilidad social.
Fue el impulsor de la iniciativa Sonrisas Dulces en el ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa, en el año 2009 y desde entonces cada año recauda fondos para una fundación y ONG distinta. La Fundación Theodora, la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, la Asociación Pablo Ugarte, la Fundación Aladina, la Fundación Síndrome de West y Menudos Corazones, han sido las ONG y asociaciones con las que Grupo Migueláñez ha colaborado. Este año la compañía anunció antes del verano que el próximo beneficiario será la Fundación Bertín Osborne, que ayuda a los niños con lesión cerebral. Mario entonces declaró sentirse “muy ilusionado” porque “estamos seguros de que la campaña será todo un éxito. Se trata de una Fundación joven con grandes proyectos y una gran labor a la que estamos encantados de ayudar”.
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