Equipos de pesaje e inspección, garantía de seguridad y calidad
Determinar y controlar con precisión el peso, volumen y cantidad de los alimentos al final de una línea de producción, así como la detección de cuerpos extraños en estos, su verificación y validación, son atributos claves para garantizar la calidad y seguridad alimentaria.
En este capítulo, la automatización se está convirtiendo en la columna vertebral de la reducción de costes operativos gracias a la capacidad para realizar tareas a mayor velocidad, con alta precisión y casi cero errores. Estos equipos son válidos tanto para industrias pequeñas como grandes, por lo que resultan altamente rentables, al aumentar la productividad, reducir la pérdida de producto, medir de manera más precisa los ingredientes y optimizar las cantidades.
Junto al pesaje, las líneas de producción cuentan con otros sistemas especializados en el control, inspección, verificación y validación de los alimentos. Estos se basan en tecnologías como el uso de infrarrojos para la detección de cuerpos extraños o defectos en los envases; la espectroscopia (estudio de la interacción de la luz con la materia) para monitorizar procesos en tiempo real y establecer criterios de clasificación; o los ultrasonidos, que permiten medir el nivel de llenado de envases, el espesor de algunas capas de producto, así como la presencia de materias extrañas.
Asimismo, los detectores de metal y de rayos X, que se ubican en el último tramo de las líneas de producción, permiten detectar contaminantes metálicos y de alta densidad, respectivamente, en alimentos envasados. Se ha de tener en cuenta, también, a los biosensores, que analizan la interacción de un elemento sensible (anticuerpo, sonda de ADN, etc.) con una muestra de producto para medir la concentración de contaminantes. Sin olvidar la visión hiperespectral, que combina las ventajas de la visión artificial y la espectroscopia para generar imágenes químicas en las que identificar la presencia de cuerpos extraños o niveles de contaminación microbiana.
En este punto, conviene recordar que la sociedad está inmersa en plena revolución industrial provocada por la irrupción de las tecnologías digitales y la necesidad de replantear la creación de valor desde una producción lineal a otra circular que permita avanzar en sostenibilidad. El sector de pesaje e inspección no es ajeno a este cambio de paradigma, y los fabricantes están incrementando sus inversiones en investigación para el desarrollo de soluciones y servicios más innovadores, adaptados al concepto de Industria 4.0.
La creciente demanda de alimentos envasados, que aumenta día a día, representa una gran oportunidad para la industria. Según la consultora Credence Research, este mercado está experimentando un crecimiento del 5,4% anual desde 2017 hasta 2023, año en que superará los 3.000 millones de dólares. La consultora Data Bridge, por su parte, pronostica que, tras registrar 1.940 millones en 2017, el sector alcanzará los 3.089 millones en 2024, con un crecimiento del 6,1% anual.
Factores como el aumento de las ventas de máquinas de alta gama debido a sus grandes ventajas; el aumento en el uso de pesas y máquinas de inspección para el control de calidad; y la creciente demanda de inspección en la industria alimentaria está impulsando este crecimiento. Por el contrario, el alto coste y la demanda de equipos usados y reacondicionados son los factores que pueden representar un obstáculo.
En 2017, la industria de alimentos y bebidas dominó el mercado global de pesaje e inspección con un 30,8% de participación y se espera que alcance cerca de los 1.000 millones de dólares para 2024 (CAGR del 6.9%), según Data Brigde. Por tipo de equipos, los detectores de metales dominaron el mercado con una participación del 60,5%, y se espera que alcancen los 1.896 millones de dólares para 2024 (CAGR de 6.3%). Otra consultora, MarketsandMarkets, en su informe más actualizado, augura que los sistemas de inspección por rayos X alcancen en 2023 un valor de 860,5 millones de dólares, partiendo de los 545 millones que se registraron en 2016, y a una tasa compuesta anual del 6,51% entre 2017 y 2023.
Los equipos de control de calidad se han convertido en imprescindibles para que los fabricantes puedan ofrecer a sus clientes productos de primer nivel y con las necesarias garantías de seguridad y salud alimentarias
En lo que respecta al mercado nacional, Amec-Envasgraf, en su informe sobre exportaciones del pasado ejercicio, refleja un aumento de la demanda de los equipos de pesaje españoles, que han elevado sus exportaciones en el año 2018 en un 13,3%, pasando de algo más de 7,8 millones de euros a 8,8 millones de euros. Siendo los tres primeros países receptores, Finlandia (23,8%), Portugal (16,3%) y Francia (10,6%). Le siguen Alemania, 7,7%, EEUU 4,1% y Cuba, 3,8%. No obstante, lo cierto es que en este mercado la balanza comercial es claramente deficitaria: España importa ya casi el triple de lo que exporta, con un crecimiento del 66,4% de las importaciones en 2018, hasta superar los 23 millones de euros. El país que encabeza el ranking es Alemania, con un 41,9% del total por valor de 9,5 millones de euros, desbancando a Japón, que en 2018 se queda con el segundo puesto y un 20,3%. Le siguen en este ranking China, con el 88%; Dinamarca (8,4%) y Reino Unido (4,6%).
Estos datos reflejan el carácter fuertemente competitivo del sector, que tiene en la innovación su principal baza para posicionarse en el mercado. Además, en la actualidad, ya no solo es competitivo el desarrollo de equipos de pesaje e inspección diseñados para su integración en el resto del proceso y su interactuación con la maquinaria de la línea de producción. Ahora, los fabricantes han de tener en cuenta en su diseño la digitalización de estos para adaptarse a la Food
Industry 4.0. Concretamente, la deficiencia en la automatización de procesos y en la digitalización está dejando obsoletos en poco tiempo a una gran cantidad de equipos, lo que representa una buena oportunidad para los fabricantes y la puesta en el mercado de sus desarrollos más innovadores.
Al mismo tiempo, cada vez son más las empresas de alimentación que requieren que sus productos sean analizados por equipos de control de calidad como vía para ofrecer a sus clientes productos de primer nivel y con las garantías de seguridad y salud alimentarias que vienen determinadas por normativas como la IFS (International Food Standars). Y es que la normativa y las regulaciones del mercado tienen una elevada influencia en el desarrollo de este tipo de sistemas, que están incrementando su presencia en la producción industrial desde las fases iniciales con el control de la materia prima hasta el de los productos acabados. Los mayores retos para los fabricantes se expresan en términos de experiencia de usuario (mayor facilidad de uso, interfaces más intuitivas) y de flexibilidad ante exigencias productivas cambiante.
Maquinaria de proceso, hacia el mínimo impacto a la salud y el medio ambiente
La maquinaria de proceso abarca un abanico amplísimo de soluciones de todo tipo, desde freidoras, cocedoras, bombos de grageado, bombas de relleno, troqueladoras, extrusoras, atemperadoras, túneles de enfriado… El repertorio es muy extenso, ya que cada equipo o combinación de ellos debe ajustarse a necesidades de producción muy diversas, tanto en el sector de confitería y galletas como en los de aperitivos, panificación y bollería. No obstante, se pueden apreciar unas tendencias comunes en todos estos desarrollos que, a su vez, se alinean con las demandas generales de la industria alimentaria. La eficiencia, la flexibilidad y versatilidad de los equipos, así como su capacidad de integración en las diferentes líneas de producción y su diseño higiénico son elementos clave que las compañías exigen a los fabricantes. Todo ello sin pasar por alto la adecuación de esta maquinaria a los postulados de digitalización y automatización de la Industria 4.0.
En el sector español de maquinaria de proceso destinada al sector del dulce y aperitivos, la flexibilidad y la capacidad de diseñar y fabricar a medida respondiendo a las nuevas tendencias con soluciones innovadoras, ha favorecido que sus equipos sean muy valorados dentro y fuera de nuestras fronteras, porque se trata de maquinaria con tecnología punta, de gran calidad, y a precio competitivo. Incluso, alguna de estas empresas ocupa posiciones de liderazgo en sus especialidades.
La demanda de productos cada vez más saludables, que combinen la indulgencia propia del consumo por impulso con los nuevos estilos de vida de los consumidores, es otro de los drivers del sector. Los fabricantes están obligados a innovar para desarrollar equipos que permitan elaborar productos reducidos en azúcares y grasas. Encontramos el ejemplo perfecto en la última edición de la feria ProSweets Cologne 2019, celebrada del 27 al 30 de enero en Colonia (Alemania). Según Katharina C. Hamma, CEO de Koelnmesse, la empresa organizadora, “tanto si se trata de productos vegetarianos, veganos, libres de gluten o lactosa, con azúcar o grasas reducidas, recetas tradicionales o nuevas interpretaciones, en ProSweets se presenta una oferta para todas las necesidades”. Y es que los fabricantes persiguen abrir nuevos mercados a través de recetas alternativas y procesos innovadores debido al aumento de la cifra de consumidores que, cuando toman dulces o snacks, desean reducir o quitar totalmente los productos alimenticios que contengan azúcar, sal o grasa pero manteniendo el placer para el paladar, lo que supone a la vez una nueva posibilidad y un desafío.
Junto a estas tendencias, los productos hechos a medida para las necesidades individuales adquieren relevancia en el mercado de la confitería. Estos incluyen artículos de calidad bio o materias primas producidas de forma sostenible. Asimismo, la posibilidad de hacer cambios de formato de forma rápida y evitando al máximo los tiempos de inactividad en la línea, junto con un diseño que facilite las operaciones de vaciado y limpieza, son otros de los ejes que mueven la industria. Los procesos se están automatizando cada vez más para ahorrar recursos, tiempo y dinero. Se cumple de este modo con la creciente exigencia de sostenibilidad que los fabricantes de alimentación dulce y snacks requieren en los equipos.
Los fabricantes persiguen recetas alternativas y procesos innovadores debido que reduzcan o eliminen el azúcar, la sal o las grasas de los productos alimenticios, pero manteniendo el placer para el paladar, lo que supone a la vez una nueva posibilidad y un desafío
En este sentido, el informe ‘Global Food and Drink Trends 2019’, de la consultora Mintel, apunta hacia la sostenibilidad y la economía circular como “elementos disruptivos”, especialmente en lo relacionado con la gestión del agua y el cambio climático. Por ello, los fabricantes cada vez valoran más los desarrollos de soluciones que promuevan el empleo de energías limpias o renovables y un consumo eficiente de los recursos, y que reduzcan el desperdicio alimentario en las líneas de producción.
Centrando el foco en el sector de aperitivos, cabe destacar que una de las principales inquietudes de esta industria en lo relativo a su proceso es lograr reducir al máximo la generación de acrilamida. Se trata de una sustancia carcinogénica que se forma a partir de asparagina libre (aminoácidos) en los procesos de freír, asar y hornear en productos a base de patatas, cereales y café, reconocida por la Comisión Europea como un contaminante procesal. El Reglamento (UE) 2017/2158, de abril de 2018, obliga a las compañías alimentarias establecer una serie de medidas para paliar la presencia de acrilamida en los alimentos. Los fabricantes de maquinaria de fritura y extensión no son ajenos a esta problemática y buscan soluciones acordes con la legislación para evitar la formación de la acrilamida, como sistemas que permitan una rápida renovación del aceite de freír, la integración de sensores y medidores de acrilamida en las líneas de producción o sistemas de control del proceso de freído.
En el mercado de aperitivos existe una alta sinergia entre los fabricantes de maquinaria y los fabricantes de snacks, ya que los procesos productivos requieren equipos muy específicos y materias primas que, por deseo expreso de los consumidores, se ajusten a las tendencias acordes con los nuevos tiempos. Los departamentos de I+D+i de las compañías fabricantes de maquinarias están logrando diseñar maquinaria que permite obtener aperitivos con menores contenidos de grasas y sodio, pero sin que por ello pierdan su consistencia y correcta palatabilidad; ni, por supuesto, la eficiencia de las líneas.
Las nuevas tecnologías, además, se adaptan a la utilización de ingredientes diferentes, aromas novedosos, texturas diversas y también distintos grados de mezcla, todos de acuerdo a una producción muy variada de productos debido a la competencia directa entre los fabricantes. Igualmente, a la colaboración anteriormente mencionada entre compañías de maquinaria y de aperitivos, se añaden los fabricantes de envases y material para embalaje, por cuanto los diversos materiales que se utilizan como contenedores deben cumplir los requisitos de calidad, inocuidad y resistencia a la velocidad de envasado, que es cada vez más rápida.
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