“Queremos conseguir cosas o servicios sin problemas y fácilmente. Queremos marcar la diferencia comprando con más cuidado. Queremos esquivar a los expertos tomando las riendas del conocimiento nosotros mismos”. En definitiva, tal y como afirma Euromonitor en el informe ‘Las 10 principales tendencias globales del consumidor para 2019’, liderado por Alison Angus, Head of Lifestyles Research, y Gina Westbrook, Director of Consumer Trends, “necesitamos sentirnos un poco más poderosos en medio del caos”.
El conocimiento es poder
En una época en la que todo está disponible con solo pulsar un botón, los consumidores ven con normalidad la hiperdisponibilidad para su investigación y sus compras. “Naturalmente, -explican desde Euromonitor- queremos la mejor calidad al mejor precio”.
Hoy en día, en lugar de dejarse seducir por el marketing, las personas se buscan unas a otras para que les asesoren sobre qué comprar y dónde, y cómo obtener el mejor producto con su dinero.
A esta tendencia se suma la necesidad de los consumidores digitales de absorber y compartir información. “A medida que la venta al por menor por internet continúa creciendo a nivel mundial, todas las industrias tendrán que adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores para seguir siendo relevantes”.
Puedo cuidar de mí mismo
Por otro lado, nos estamos volviendo más autosuficientes. Aumenta el uso de aplicaciones y servicios de personalización para crear un producto único. “Dictar, diseñar y personalizar tu vida te permite ser más flexible”.
El enfoque global en el consumismo consciente, las preocupaciones medioambientales y el alejamiento de los productos químicos hacia productos más “naturales” han animado a las personas a ser más conscientes de lo que consumen.
La importancia del tiempo
Además, los consumidores esperan más de las empresas, quieren que sus productos y servicios se entreguen de la forma más rápida y sencilla posible. Cada vez más recurren a aplicaciones que les ayudan a organizar sus vidas y están especialmente intrigados por las innovaciones que reducen el tiempo de espera y sincronizan su información personal y sus preferencias.
Los consumidores buscan experiencias que encajen con su estilo de vida, permitiéndoles dedicar más tiempo a su vida profesional o social. La tendencia del estilo de vida basado en la eficiencia es impulsado por las personas de entre 30 y 44 años de edad, y casi la mitad de este segmento indica que está dispuestos a gastar dinero en productos o servicios que les ahorran tiempo. Además, más del 45% de las mujeres expresan su preocupación de estar bajo presión constante para realizar tareas, en comparación con el 40% de los hombres encuestados, lo que indica que las consumidoras podrían beneficiarse más de los productos que ahorran tiempo.
Vuelta a lo básico
A ello se une la necesidad de autenticidad, regresar a lo básico buscando productos y experiencias auténticas y diferenciadas de mayor calidad que permitan expresar la individualidad. Los consumidores de las economías desarrolladas están re-evaluando sus hábitos de gasto, alejándose del materialismo y pasando a la simplicidad.
La globalización ha dado lugar a un consumidor conocedor de que puede obtener casi cualquier tipo de producto de cualquier parte del mundo, en cualquier momento y a un coste relativamente bajo.
Concretamente, en la compra de alimentos está ganando “el apoyo a las empresas locales, la frescura y el sabor de los alimentos, la reducción del impacto medioambiental y la posibilidad de ofrecer mejor relación calidad-precio”.
Un mundo libre de plástico
El empuje hacia una sociedad libre de plástico ha ganado importancia en los últimos 12 meses. Su versatilidad y durabilidad ha contribuido significativamente a la reducción de los residuos de alimentos en todo el mundo. “Pero el ritmo al que se recupera, recicla y reutiliza una vez que se ha cumplido su objetivo, dista de ser óptimo”. Existe una falta generalizada de comprensión por parte de los consumidores de lo que puede y no puede reciclarse, en parte debido a la escasa normalización.
“Gran parte de los residuos plásticos del mundo occidental se han enviado a China para su tratamiento y reutilización, pero la decisión del Gobierno chino de poner fin a este comercio en 2018 llevará a muchos países occidentales a replantearse sus políticas de reciclaje. Muchos países no tienen la infraestructura, los recursos ni la voluntad política para establecer un sistema óptimo de reciclaje”. Además, vivimos en una sociedad de usar y tirar, donde los productos de alimentos y bebidas para llevar son cada vez más comunes a medida que las personas buscan conveniencia.
El consumidor consciente
Lo que solía ser el dominio de los productores de nicho éticamente posicionados está siendo adoptado ahora por las empresas convencionales a través de alternativas de mayor bienestar de los productos existentes. Los consumidores están buscando formas de tomar decisiones positivas sobre lo que compran y buscan una solución al impacto negativo que el consumismo está teniendo en el mundo.
Este enfoque respetuoso abarca la atención a los demás seres humanos, los animales y el medio ambiente. En concreto, el veganismo, la práctica de abstenerse de utilizar productos de origen animal para cualquier fin, se consideraba una tendencia confinada a los extremistas. Sin embargo, cada vez es más adoptada, lo que ha contribuido a la creciente demanda de etiquetas de bienestar animal en alimentos y bebidas.
Juntos digitalmente
En la última década, la tecnología ha pasado de facilitar la comunicación a permitir interacciones multidimensionales y experiencias colectivas. Esta evolución continuará moldeando la forma en que nos conectamos con nuestros amigos y compañeros. También, la comunicación profesional ha evolucionado para incluir vídeo y chat de texto, colaboración de documentos en tiempo real y reuniones virtuales con participantes de todo el mundo.
A medida que nuestras capacidades tecnológicas y nuestro confort al usarlas crezcan, también lo hará la gama de cosas que podemos hacer juntos a través de internet.
Mientras que el internet de alta velocidad se expande en el mundo en desarrollo, los países más avanzados están invirtiendo en el siguiente nivel de infraestructura de comunicaciones que facilitará la banda ancha de fibra óptica y el internet móvil 5G, permitiendo velocidades de hasta un gigabyte por segundo.
Amor por la vida solitaria
A pesar de estar hiperconectados, “nunca hemos estado tan solos”. A nivel mundial, el número de hogares unipersonales superará el crecimiento de todos los demás tamaños de hogares, y se espera que los baby boomers representen una gran parte de este crecimiento. Si bien los baby boomers pueden haber sido bien conocidos por la alta tasa de divorcio, muchas de las generaciones más jóvenes han rechazado el matrimonio y la cohabitación. Las personas de todo el mundo se están resistiendo al estigma de vivir solas y adoptando su estilo de vida independiente y disfrutando de la vida en solitario.
Agnósticos de la edad
Los agnósticos de la edad no se aferran a las expectativas demográficas, todos se conectan y quieren sentirse, comportarse y ser tratados como jóvenes. Los baby boomers tienen mucho más en común con los valores y prioridades de los millennials y de las generaciones más jóvenes de lo que muchos creen, “y es esta mentalidad inclusiva la que debe ser mejor comprendida y atendida, ya que quieren productos y servicios que les ayuden a mantenerse tan jóvenes como sea posible en mente y cuerpo”.
En general, las personas de mayor edad se encuentran en mejor situación financiera que el resto de la población. Este alto nivel de ingresos medios de estos dos grupos de edad crecerá un 26% y un 22%, respectivamente, hasta el año 2025, lo que convierte a este grupo demográfico en un objetivo altamente rentable.
Volver a la vida real
Los límites entre el trabajo y la vida son borrosos, al igual que los que separan la esfera privada de la social. Las redes sociales dan la ilusión de que todos deberíamos estar haciendo algo emocionante para que otros lo reconozcan.
Además, las conexiones móviles y las redes sociales han transformado el disfrute de la vida social. La presión constante para reaccionar instantáneamente a las notificaciones de mensajes, junto con la naturaleza cada vez más omnipresente del trabajo ha transformado nuestras vidas en un compromiso de 24 horas al día, 7 días a la semana.
Para proteger su bienestar mental, los consumidores quieren ser más intencionales con su tiempo, establecer sus propios límites y ser más selectivos en sus actividades. La necesidad y dificultad de encontrar su espacio hace que se reduzca el tiempo dedicado a internet en favor de experiencias de la vida real que ya no se sienten obligados a compartir en las redes sociales.
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