Los productos pintalenguas forman parte del catálogo de muchas compañías fabricantes de dulces desde hace varios años. En la década de los 80, comenzaron a aparecer en los canales de distribución las primeras referencias con esta característica, siempre bien recibidos por el público infantil por su innegable componente de diversión. Se trata, por tanto, de una categoría con un largo recorrido que, no obstante, recientemente se ha visto situada en el centro de la polémica, especialmente debido a que las redes sociales han servido de trampolín para catapultar comentarios infundados en torno a la seguridad de estos productos, que perjudican el trabajo de la industria y llenan de incertidumbre al consumidor.
En este caso, el exitoso lanzamiento de los caramelos pintalenguas Dipper XL Frambuesa de Vidal Golosinas, en marzo de 2017, trajo de la mano dos efectos paralelos antagónicos: por un lado, una gran acogida, especialmente entre el público juvenil, lo que también ha animado el desarrollo de nuevas referencias pintalenguas no solo en el segmento de caramelos, sino en categorías que se han sumado al fenómeno, como la bollería o los snacks y, por otro, una corriente de comentarios críticos acerca de sus supuestos efectos nocivos para la salud.
Al objeto de analizar la situación y arrojar luz sobre la verdadera naturaleza de estos productos, en Dulces Noticias…y algo más nos hemos puesto en contacto tanto con las empresas fabricantes como con los organismos reguladores para conocer la realidad. En primer lugar, cabe señalar que no existe ninguna alerta sanitaria ni médica, así como ningún estudio, prueba o reclamación, que confirme la toxicidad de estos alimentos en ninguno de sus formatos.
En esta dirección, la Asociación Española del Dulce (Produlce), consultada por este medio, reafirma que “la seguridad de todos los aditivos alimentarios que están autorizados hoy en día, incluidos los colorantes, ha sido evaluada por el Comité Científico de la Alimentación Humana (CCAH) de la Comisión Europea o por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)”; por tanto, “en la lista oficial de aditivos de la Unión Europea solo figuran aquellos cuyos usos propuestos se han considerado seguros”. Esta información figura en el Reglamento (CE) 1333/2008, concretado en el Reglamento (UE) 1129/2011, que regula los colorantes permitidos, su uso, su etiquetado y su clasificación. En dicho texto, el E133 es considerado como un colorante sintético admitido con dosis máximas limitadas”.
Origen de las fake news
Si bien el efecto pintalenguas puede producirse con diferentes colores, en la actualidad, es el azul el que más popularidad alcanza en el mercado. Para la formulación de este tipo de alimentos, el ingrediente más comúnmente utilizado es el colorante alimenticio E133 o Azul Brillante FCF, cuyo empleo está muy extendido en productos de gran consumo, desde la alimentación, donde se utiliza para colorear artículos como helados, confitería, repostería, conservas y refrescos y bebidas isotónicas, entre otros, hasta la cosmética e higiene personal.
El Azul Brillante FCP ya obtuvo una conclusión favorable del Panel ANS (Food Additives and Nutrient Sources) de EFSA en la reevaluación llevada a cabo en 2010 (recientemente la Autoridad Europea de la Seguridad Alimentaria ha vuelto a evaluar todos los colorantes autorizados, encontrándolos todos ellos seguros), confirmando que las estimaciones de ingestión en la media para adultos y niños están por debajo de la IDA de 6 mg/kg peso corporal/día, establecida en esta reevaluación. Antes de este paso, ya había sido previamente evaluado por el Comité Mixto FAO / OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), en 1970, y el Comité Científico de la UE para Alimentos (SCF), en 1975.
Al igual que en la Unión Europea, en Estados Unidos, donde el uso de aditivos está regulado, a nivel federal, por la Food and Drug Administration (FDA), con competencias compartidas con el Food Safety and Inspection Service (FSIS), la normativa elaborada por ambas agencias autoriza el uso general en alimentación del colorante E133 o Azul FCP. Además, un estudio publicado por la Royal Pharmaceutical Society asegura que, tras administrar este colorante (junto a otros dos objeto de estudio, el Verde Guinea B y el Violeta Bencílico 4B) a ratas en concentraciones de 0,03, 0,3 y 3% de la dieta durante 75 semanas, el Azul Brillante y el Violeta Bencílico no tuvieron efectos adversos sobre el crecimiento en ninguno de los niveles utilizados.
Resumiendo todo lo anterior, se confirma que, ante la falta de ningún estudio concluyente sobre su posible toxicidad, así como de alertas sanitarias o médicas relacionadas con su consumo, y dada la existencia de investigaciones y evaluaciones favorables, amén de la autorización de su uso por parte de las Agencias europea y estadounidense, el colorante E133, en las dosis indicadas, es seguro para la salud y la ingesta de los productos que lo contienen no entraña un riesgo para la misma.
La autorización de EFSA respalda que el colorante E133, en las dosis indicadas, es seguro para la salud y la ingesta de los productos que lo contienen no entraña riesgos
Pese a todo, cabe pensar que este colorante, así como otros sintéticos, vio afectada negativamente su imagen, a raíz de la publicación de un estudio realizado por la Universidad de Southhampton (Reino Unido), que vinculaba algunos colorantes azoicos -grupo al que no pertenece el E133- con un posible efecto sobre la hiperactividad infantil. En concreto, y tal como se recoge en el Anexo V del Reglamento (CE) 1333/2008, los productos que contengan alguno de los siguientes colorantes: Tartrazina (E102), Amarillo quinoleína (E104), Amarillo anaranjado (E110), Carmoisina (E122), Rojo cochinilla (E124) y Rojo allura (E129), deberán indicarlo en el etiquetado junto con la leyenda “puede tener efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños”.
Sin embargo, y es importante incidir en ello, el Azul Brillante FCF no se encuentra entre este grupo de colorantes y, su seguridad está avalada por las Autoridades pertinentes. Por tanto, los mensajes erróneos sobre hipotéticos efectos adversos sobre la salud que se han difundido en las redes sociales carecen de fundamento científico.
Industria responsable
En torno a esta polémica, desde Dulces Noticias… y algo más, hemos preguntado a los fabricantes de alimentos con efecto pintalenguas para conocer más detalles sobre la elaboración de estos artículos.
Así, desde Vidal Golosinas, indican que llevan años lanzando este tipo de productos al mercado, con gran éxito general, contando actualmente con cinco referencias en España. En relación al Dipper XL, han declarado que “uno de los componentes que aporta el azul característico al Dipper XL Frambuesa es el colorante azul, cuyo uso está aprobado y regulado por la Unión Europea. Empleamos una cantidad inferior a la dosis marcada por el reglamento, que es de 300 mg/kg [de producto]”. Y aclaran que “aun estando por debajo de la dosis, su efecto, cuando se consume, resulta muy llamativo, lo que ha podido generar alarma. Estas críticas sin embargo, son del todo infundadas”. Por ello, no se plantean dejar de vender este tipo de productos y han concluido asegurando que “todos los ingredientes empleados en los comestibles de nuestra marca, incluido el Dipper XL, cumplen las más exigentes normativas”.
Por su parte, Fiesta cuenta con diez referencias pintalenguas en el mercado, desde los años 80 hasta el presente, con “una buena acogida que sigue una tendencia al alza”, especialmente entre el target infantil. Respecto a las informaciones que le atribuyen alguna peligrosidad, desde Fiesta afirman que “las críticas son infundadas y sin base científica que las corrobore. El aditivo que hace que dicho efecto tenga lugar no es más que un colorante. Dichos colorantes están autorizados por el marco legislativo de la UE […]. Todos los aditivos permitidos y usados en nuestros productos son evaluados y reevaluados con cierta periodicidad. Por lo que podrían ser regulados, limitados o retirados en caso de detectarse alguna incompatibilidad con la salud”.
Los fabricantes califican de “maliciosas e injustificadas” las críticas a estos productos, que “están dirigidas a hacer daño a unas marcas que han hecho un buen trabajo mediante noticias falsas en las redes sociales”
También Jake cuenta en su catálogo con estos productos, de los que dispone actualmente de 12 referencias. La ultima de ellas, Big Track (al que pronto se unirá otra versión en color verde de lima-limón), “está cosechando un éxito abrumador”, según la compañía. Fuentes de la misma se muestran más severas con las críticas, afirmando que “nos parecen totalmente maliciosas e injustificadas, que están dirigidas a hacer daño a unas marcas que han hecho un buen trabajo mediante noticias falsas en las redes sociales. Los consumidores pueden estar tranquilos ya que productos son totalmente seguros”.
A este mensaje tranquilizador ha querido sumarse también Fini Golosinas, que ha respondido que “la seguridad del tinte alimentario azul ha sido respaldada en todo momento por diferentes autoridades, incluidos Colegios Profesionales de Dentistas. En Fini Golosinas solo utilizamos colorantes alimentarios, tanto naturales como sintéticos, testados, autorizados y continuamente evaluados por la EFSA”. Además, los representantes de la compañía han destacado que “el uso de estos colorantes alimentarios es completamente seguro […] y su utilización está generalizada en la industria alimentaria. Por ejemplo, el colorante azul al que aludían algunas informaciones se puede encontrar en productos como los helados, las bebidas isotónicas para deportistas e incluso artículos dirigidos a cuidar la salud dental, como los enjuagues bucales”, por lo que, ironías al margen, “la calidad de Fini queda fuera de cualquier duda”. Tanto es así, que la compañía prepara nuevos lanzamientos de productos pintalenguas, que prometen “ir un paso más allá”, como ha sido la reciente aparición de Pirulate.
Otro ejemplo es el de Tosfrit, que se ha unido hace muy poco a la tendencia presentando una referencia en el segmento de aperitivos, en marzo de 2018, las bolas de maíz pinta-lenguas Paintball, que “están llamando la atención del público infantil-juvenil ya que a la gente joven le atrae mucho lo diferente, lo rompedor, lo que se sale de los convencionalismos”. Respecto al colorante Azul Brillante FCF, Tosfrit ha señalado que “se trata de un colorante contemplado en el Reglamento (UE) 1129/2011 de la Comisión Europea de 11 de noviembre de 2011, donde se especifica claramente su uso y dosificación industrial en los diferentes productos alimenticios, entre ellos los productos de aperitivo, siendo perfectamente seguro su consumo”. Eso sí, de momento van a limitar su aventura en el mundo de los pintalenguas a esta única referencia, “a la espera de ver su evolución en el mercado”.
Y para terminar, un dato, y una reflexión, el pasado 4 de junio, la Brugada Foundation, entidad sin ánimo de lucro que centra su actividad en la investigación de la muerte súbita, presentó su campaña ‘Sácale la lengua a la muerte súbita’ que con el apoyo de dos reconocidos deportistas, los futbolistas Sergio Ramos y Andrés Iniesta, busca recaudar fondos para esta causa, y lo hace a través de un producto pintalenguas, la Pirulate de Fini. ¿Alguien puede creer que una fundación volcada en la investigación de la salud puede elegir como vehículo para la misma un producto nocivo?
Aval científico
Para contar con la perspectiva científica, hablamos con el profesor Andrés Gavilán, experto en formulación y presidente de la Asociación Española de Fabricantes y Comercializadores de Aditivos y de Complementos Alimentarios (AFCA), quien confirma la seguridad de estos productos, “porque antes de autorizar su consumo, los colorantes aprobados para uso alimentario han sido sometidos a rigurosísimos exámenes y evaluaciones toxicológicas por parte de EFSA (Autoridad Europea de la Seguridad Alimentaria) y, posteriomente, hallados seguros a las dosis de uso y tipos de aplicaciones habituales en los alimentos”.
De hecho, “EFSA ha concluido, recientemente, sus evaluaciones de la totalidad de colorantes naturales y sintéticos autorizados por el Reglamento (CE) 1333/2008, hallándolos seguros, por lo que no ha tenido que eliminar ninguno de los colorantes ya existentes autorizados, ni tampoco modificar las dosis permitidas de empleo en los productos alimenticios para los que ya están permitidos”, añade Gavilán. Asimismo, incide en que “ningún tipo de aditivo alimentario y, en especial, ningún colorante, puede comercializarse en el mercado europeo, sin antes haber recibido un informe positivo de seguridad alimentaria por parte de EFSA”.
A la citada evaluación científica de la seguridad de los colorantes por EFSA, “se une a nivel español, la observancia, seguimiento y riguroso control del cumplimiento de la legislación alimentaria vigente, que viene llevando a cabo con total eficacia el organismo Aecosan (Agencia Española de Consumo, Alimentación y Nutrición), para garantizar en todo momento la seguridad, en este caso concreto, de los colorantes para los pintalenguas a los consumidores en España”, concluye el presidente de AFCA.
También, entre las noticias falsas que se han publicado en torno a estos productos, algunas hacen referencia a una posible incidencia negativa sobre el esmalte dental o un efecto cariogénico, respecto de lo cual, los Colegios de Odontólogos de Madrid y Navarra, según recogen medios como Noticias de Navarra o Maldito Bulo, han desmentido que hubiese ninguna alerta y que algún colegiado haya dado la voz de alarma; añadiendo que, como en todos los casos de productos que contienen azúcar, recomiendan su consumo con modera
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