Empresas, políticos y ciudadanos deben remar en la misma dirección de consenso para poder vivir en un planeta sostenible. Esta es la conclusión de peso que se puede extraer de la jornada “Desafíos de las Industrias de la Alimentación y Bebidas ante los retos del cambio climático”, que ha capitaneado FIAB y Llorente Cuenca este jueves 16 de febrero en el Congreso de los Diputados, como espacio de debate. Dos mesas han conformado este evento: una, bajo el título “Retos de la agenda industrial”, formada por responsables del área medioambiental de empresas como Nestlé España, Anfabra, Pascual y Danone, y moderada por Mauricio García de Quevedo, director general de la patronal de la industria alimentaria, y otra, “Retos de la agenda política”, constituida por los representantes de los principales Grupos Parlamentarios como el Grupo Popular, el Socialista, Ciudadanos y el Confederal Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, y conducida por Clara Navío, presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental. Hay una clara conclusión compartida por todos: el consenso necesario y vital entre el sector, la clase política, los agentes sociales y los ciudadanos para lograr implantar una economía circular, un desarrollo sostenible y una firme apuesta por las energías renovables.
En representación de Nestlé España acudió su responsable de Seguridad, Salud y Medio Ambiente, Jordi Aymerich.
Esta compañía se ha propuesto una meta de altura: “mejorar la calidad de vida y contribuir a un desarrollo más sostenible desde el respeto hacia las personas y las familias, las comunidades y el Planeta“, a través de tres ejes: el agua, la lucha contra el cambio climático y la conservación del medio ambiente.”Buscamos la eficiencia desde la transparencia. Adquirimos el compromiso público de que para 2020 reduciremos un 35% las emisiones de dióxido de carbono con base al año 2010. El pasado ejercicio ya acortamos un 25%“, ha asegurado Aymerich.
Con el fin de alcanzar este objetivo, Nestlé España se ha puesto manos a la obra con varios ejemplos concretos de cómo ha integrado el cambio climático en sus estrategias de negocio.
- La multinacional de alimentación lanzó en 2009 el Nestlé Cocoa Plan, por el que contribuye al desarrollo rural a través de tres ejes de actuación: facilitar cultivos más rentables y de mayor calidad a los agricultores, mejorando sus condiciones sociales mediante la construcción de escuelas y erradicación la mano de obra infantil, y desarrollar una cadena de suministro sostenible que permita potenciar la compra directa a cooperativas y pagar primas adicionales por cacao de calidad.
- Su proyecto Solís Responsable, fundado en 2014 y ganador del Premio Alimentos de España 2017 en la ‘Industria Alimentaria’ del Mapama, ha implicado a todos los eslabones de la cadena de valor de su salsa de tomate y ha supuesto una notable mejora del impacto ecológico, pues se utilizan materias primas locales de Miajadas (Cáceres) de alta calidad y con respeto hacia el medio ambiente, lo que se traduce en ahorro de litros de agua (678 millones en 2016), reducción de fertilizantes (-16%) y productos de control de plagas (-21%).
- Nestlé España brinda asistencia técnica a los lecheros del norte de España para lograr la mayor eficiencia energética posible, por ejemplo, a través de variadores de frecuencia que controlan la velocidad de las bombas de vacío de los colectores de ordeño de leche, que contribuye a mejorar la calidad del producto, la productividad y rentabilidad de la granja.
“En la trayectoria política queda camino por recorrer, pero nosotros parece que hemos hecho los deberes“, ha aseverado Jordi Aymerich, responsable de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de Nestlé España.
Por su parte, Carlota Crespo, responsable del Departamento Técnico y Medio Ambiente de Anfabra (Asociación de Bebidas Refrescantes), ha insistido en la importancia de apoyar y reconocer no sólo las aportaciones de las grandes empresas, sino la de los agentes no estatales, municipios, asociaciones agrarias, sindicatos y pymes, entre otros, pues todos suman en la batalla contra el cambio climático. Crespo ha recordado la importancia del segmento de las bebidas refrescantes: “llega a 37 milllones de consumidores, representa el 1,4% del PIB y genera 64.000 empleos directos“. Ante una sociedad que exige a la industria estar a la altura, Anfabra persigue que las bebidas refrescantes vayan de la mano de los objetivos del desarrollo sostenible para 2030 y se plantea tres retos ambientales:
- El cambio climático: Optimizar el consumo de agua y energía. En la actualidad, según ha indicado Crespo, para un litro de bebidas refrescantes se necesita 1 litro en los procesos productivos de fábrica. “Hay tres grandes datos: la reducción en 2016 del 17% del ratio de consumo de agua por parte del sector; también en 2016, disminuyó el ratio de consumo de energía hasta el 21%, reflejo del esfuerzo que están haciendo muchas empresas por ir más allá, y en cuanto a los envases de PET o vidrio, entre otros materiales, en 2000 se logró aligerar su peso entre 12% y 17%”.
- Paquete económico europeo: La economía circular. Desde Anfabra apuestan por este nuevo modelo económico, basado en utilizar los recursos de manera más sostenible y eficiente, frente a la tradicional economía lineal (extraer, producir, consumir y tirar).
- Valor e información al consumidor: Colaboración con el resto de agentes no estatales para fabricar productos más sostenibles.
También estuvo presente Óscar Hernández, director de Relaciones con la Sociedad y Medio Ambiente de Calidad Pascual, que ha destacado la relevancia de la variable del cambio climático tanto en los planes de negocio como en las estrategias de las campañas de las empresas.
Entre los desafíos a los que se enfrenta Calidad Pascual, Hernández ha subrayado:
- Compatibilizar la ética con la práctica: Para conseguirlo, la empresa ha diseñado un plan transversal de gestión del impacto medioambiental, que está integrado en la estrategia de la compañía. “Es medible con objetivos, este ha sido el gran cambio”, ha afirmado Hernández.
- “Incorporar al relato de la industria de la alimentación el componente económico, porque si reducimos el consumo de agua y energía, seremos más eficientes, más competitivos y reduciremos los costes.
Hay que tener en cuenta tres tipos de capitales: el económico, el humano, pero sobre todo el natural, que hay que cuidarlo, pues según los expertos, representa 74 billones del PIB“, ha apuntado Hernández. Calidad Pascual ha creado un Comité de Medio Ambiente, presidido por un miembro de la familia Pascual, como gesto de implicación, y una parte de las retribuciones de los directivos está supeditada al cumplimiento de objetivos medioambientales.
- Lograr un consenso entre todos las partes implicadas.
- Huella de carbono: Nestlé figura entre las pocas empresas que han logrado auditar, certificar y registrar su huella de carbono, a través de una guía del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), que se plantea como herramienta de apoyo en el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a las compañías que así lo deseen. “Es un proceso nada sencillo, en el que después de insistir cuatro años, hemos logrado primero el cálculo y después la reducción”, ha señalado Hernández.
- Movilidad: Calidad Pascual llega de forma directa a 800.000 puntos de venta a través de una flota de 12.000 vehículos (de alquiler –renting, propios o de autónomos), y busca que el 75% de su flota sea propulsada por gas. “Deseo que las leyes cambien para bien y que el que contamine, pague”, ha sentenciado Hernández.
En la misma línea de concienciación medioambiental que los demás intervinientes, Charo Saavedra, Nature manager & Carbon master Dairy & Water Iberia en Danone, ha apuntado que para 2050 la compañía pretende ser “Carbon neutral (Carbono neutral)” a nivel mundial, pero a corto plazo, para el año 2020 persigue reducir a huella de carbono al 50%. “Queremos crecer como empresa, pero no a cualquier coste, sino de forma sostenible. El crecimiento económico no puede ser posible en una sociedad que no crezca a la par”, ha recordado Saavedra, como guiño al “Discurso de Marsella” de Antoine Riboud, fundador y ex presidente de Danone en 1972. Ha subrayado cuatro puntos significativos.
- Del mismo modo que en Calidad Pascual, los incentivos del equipo directivo dependerán de los objetivos sociales y medioambientales.
- Grupo Danone apuesta por un ejercicio de transparencia con su Plan estratégico 2020-2030 en la lucha contra el cambio climático. Entre las medidas adoptadas, destaca la puesta en marcha de una “potente” herramienta de medición (Ecoinvent) de la huella de carbono en 40 granjas tipo representativas en España. “La combinación de pasto y pienso para alimentar a las vacas en el Norte y en Levante es diferente, y esto influye en su emisión de metano.
- Consumo de agua en las marcas Lanjarón y Fontvella: “Somos muy cuidadosos en la reutilización y reducción de agua donde sea posible. Para ello tenemos auditorías que ayudan a buscar oportunidades de eficiencia y sostenibilidad”.
- Hace dos semanas, su enseña Evian se ha comprometido a fabricar todas sus botellas de aguas con plástico reciclado para 2025.
Los retos de la agenda política
Antes de la participación de las empresas, el foro de debate sobre los desafíos del sector ante el cambio climático arrancó este jueves en el Congreso de los Diputados con una mesa política que versó sobre la Ley de Cambio Climático, aún pendiente de aprobar por el Gobierno central. Todos los responsables del áreas de medio ambiente de las empresas de alimentación y bebidas lamentaron que los responsables políticos de los principales Grupos Parlamentarios abandonaran la sala tras sus intervenciones y no se sentaran a escucharles, algo que sí hicieron las corporaciones.
Pese a sus diferencias ideológicas, todos los Grupos Parlamentarios llegaron a la misma conclusión: trabajar todos juntos para lograr esa transición de una economía lineal a una circular, y la implantación de las energías renovables lo antes posible en la actividad diaria.
José Luis Martínez, portavoz de Cambio Climático del Grupo Ciudadanos, ha subrayado que “estamos al límite del colapso y hay que reaccionar rápido, por eso hay que repensar el Planeta para sustituir el uso de combustibles fósiles y petróleo por las energías renovables“. Además, ha afirmado que quiere ver este tema no desde el punto de vista catastrófico, sino como una oportunidad para toda la sociedad en su conjunto de empleo, eficiencia y rentabilidad de las empresas.
Por su parte, Jorge Luis Bail, representante del Grupo Parlamentario Confederal Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea,
con experiencia en la ecología industrial y las energías renovables, recordó a los asistentes que “seguimos sin una Ley de Cambio Climático y que falta liderazgo político, poner fechas como una esfera de seguridad para los ciudadanos y ponernos manos a la obra para realizar esa transición hacia una economía circular”.Al mismo tiempo, Bail ha apuntado que “la industria alimentaria sí que ha hecho sus deberes y grandes esfuerzos para cerrar sus procesos productivos”.
En respuesta a Bail, Belén Bajo, portavoz de Cambio Climático del Grupo Popular, ha afirmado que “una gran ley como al del Cambio Climático no se puede hacer de la noche a la mañana“, al mismo tiempo que ha afirmado que España se encuentra por encima de la media de los países de su entorno en el cumplimiento de los objetivos 2020 del Protocolo de Kioto II. Asimismo, Bajo ha recordado que una de las primeras medidas del actual Gobierno fue ratificar el Acuerdo de París en materia de protección del medio ambiente, firmado por 195 países miembros de las Naciones Unidas en diciembre de 2015. Además, la representante del Grupo Popular ha defendido que “la próxima norma legislativa no debe responder a ninguna ideología para convertirse así en un marco estable”. Bajo ha asegurado que “la ley será muy ambiciosa y transversal“.
En nombre del Grupo Socialista, su portavoz, Ricardo García Mira, ha apuntado que “no solo es necesario apostar por el consenso en las energías renovables, sino también en incorporar el conocimiento científico para cambiar las actitudes diarias que forman parte del comportamiento humano“. Asimismo, ha señalado que “un hábito de compra es fruto de una decisión y ahí es donde se genera la identidad ecologista”. García ha definido la economía circular como “mucha más que el ciclo de vida de los productos, sino una economía conectada y donde trabajemos todos bajos los mismos principios. Debemos dialogar y no podemos quedarnos quietos ante este tema”.
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